Fidjie Story: Arrietty y el mundo de los diminutos

jueves, 29 de septiembre de 2011

Arrietty y el mundo de los diminutos

Esta tarde he ido a ver Arrietty y el mundo de los diminutos al cine. Aunque no soy una fan propiamente dicha del Studio Ghibli, no puedo ignorar la alta calidad de sus cintas, y me hacía ilusión verla en el cine y disfrutar como toca de los detalles y la magia que suelen tener. Y digo "suelen" porque en esta ocasión he terminado bastante decepcionada.

Arrietty y el mundo de los diminutos es la historia de eso, una diminuta niña llamada Arrietty, que vive en una casita encantadora, bajo las tablas del suelo de una preciosa casa de campo con jardín. Sho, un niño con problemas de salud, descubre la existencia de la niña, y aunque al principio haya mucho miedo y recelo de por medio, se establece una verdadera amistad y confianza.

Ghibli vuelve a lanzar un mensaje ecologista y de protección de la naturaleza, en esta ocasión sobre los animales en peligro de extinción y que se ven amenazados por la existencia de los humanos, a través de la figura de los poco habituales diminutos. Y parece que por la breve sinopsis y el elenco de personajes, vuelve a ser una historia de amistades profundas que viven aventuras en mundos mágicos. Pero a mí no me lo ha parecido tanto.

La película es lenta, ligera y hasta diría insípida. No parece empezar nunca y la intensidad de los personajes brilla por su ausencia. Arrietty es encantadora, vivaracha y preciosa. Es la que lleva el ritmo de la historia y que más vidilla da a la película. En cambio, Sho, el niño, es más pausado, sensato y se acerca con precaución a la diminuta, como si tratara de no asustarla. Sus primeros contactos, como el terrón de azúcar que le deja junto a su rejilla, o la fabulosa cocina de muñecas que les instala sin previo aviso, hacen que se te dibuje una sonrisa de oreja a oreja por los detalles que el niño tiene con sus hasta entonces invisibles vecinos. Pero con detalles así uno espera que los protagonistas acaben desarrollando un fuerte vínculo que nunca llega a alcanzar a su punto álgido. Tras una aventurilla que casi parece un juego del escondite, la historia se desarrolla sin que los sentimientos de ambos puedan cambiar el destino que se les marca al principio. Por tanto, la película termina sin que llegue uno a quedarse satisfecho, como si quisieras que continuara y tuviera otro final. Encima Arrietty carece de alguna escena sobrecogedora como aquellas tan grandes que había en Mononoke (el abrazo de Ashitaka hacia San en medio del caos) o en Chihiro (la caída de Chihiro y Haku en mitad de la noche, con las lágrimas flotando).

Lo bueno y por lo que vale la pena verla es por ese dibujo tan maravilloso que caracteriza a Ghibli, con esos fondos detallados y coloridos en los que te entran ganas de sumergirte. Y también por esas escenas tan graciosas y encantadoras como el ataque del cuervo en la ventana de Sho y la reacción de la abuela Haru dándole con la zapatilla xD; la reacción exagerada y aterrada de la madre de Arrietty cuando se topa directamente con los "serhumanos"; o el diminuto indígena y sus detalles hacia la protagonista.

Pero en conclusión, la película no llega ni de cerca a las que para mí son las grandes obras maestras de Ghibli, La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro y El Castillo Ambulante.

2 comentarios:

  1. Pues yo es a una de las únicas películas de Ghibli que veo que tienen un final definido, por que las otras en general terminan con un "Y ahí te quedas", al menos en esta le dan cierto desenlace XD

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  2. A mí me pareció al revés. Esperaba que hicieran algo más que una simple despedida. Me dejó casi que mal sabor de boca la forma en que ambos aceptan y se conforman con la situación final. Le falta fuerza a la peli, y le faltan mogollón de personajes, va escasita escasita. Ayer que te leí en twitter nombrar a Cálcifer, coñe, eso sí que eran buenos personajes montando grandes pitostes.

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