Hay temporadas en que no tengo apenas nada que escuchar, nada que encienda mi alma y me inspire. Pero desde hace unas semanas estoy en sintonía con la música. La cosa en concreto empezó con el descubrimiento de Jamie Cullum, gracias a la publicidad de San Miguel. ¿Cómo he podido vivir tanto tiempo sin él? De toda la vida me ha gustado el jazz, pero no había encontrado ningún artista en concreto que me entusiasmara, solo me gustaba el aura y el ritmo. Pero Cullum me tocó completamente el corazón en el primer instante en que lo escuché. Lo que hace este chico es música en mayúsculas. En cada canción, cada nota, se nota el elaborado trabajo de amasar el sonido, como si jugara con las posibilidades y creara una obra única cada vez. Tal vez no tenga la voz ni la estética más impresionante del mundo, pero su piano es mágico. Toda su discografía es sobrecogedora, entusiasta y positiva.
Aunque la canción que no dejo de poner ahora mismo es Everything you didn't do, la del anuncio de la cerveza, os recomiendo encarecidamente que escuchéis también su versión de If I Ruled the World. Verlo tocar tan maravillosamente hace que uno quiera hacer las cosas mejor.
Por otra parte, esta semana se ha dado a conocer una de las nuevas canciones de Muse (yayy!!), Survival, que será el tema oficial de los Juegos Olímpicos de Londres. Aunque la calidad musical de Muse siga estando por encima de la mayoría de artistas (opinión personal), las comparaciones son odiosas, y comparar Survival con cualquiera de sus grandes temas, hace que la nueva canción se quede un poco a la altura del betún. Musicalmente está bien, tiene una intro a lo Exo-genesis que la hace gloriosa, los acordes de guitarra recuerdan un poco a la epicidad de Eurasia, y cuanto más se escucha, más engancha. Pero esa letra, ughh. Muse nos tiene acostumbrados a letras comprometidas, rebuscadas y reivindicativas. El poemilla de "life is a race, I'm gonna win, yes I'm gonna win, and I'll never loose, I choose to survive" parece escrito deprisa y corriendo para la ocasión de las olimpiadas. Aunque la letra no se deba interpretar en un sentido tan literal (pues es un mensaje de superación y a no rendirse en la vida), la canción no deja de resultarme una pieza menor de su discografía. Mi reacción ante ella es similar, aunque no tan desesperanzadora como la que tuve con Neutron Star Collision (poesía de instituto). Aún así, estoy segura de que The 2nd Law recopilará un buen puñado de obras maestras.
Y por último, un descubrimiento de última hora pero que no consigo quitar en toda la mañana. Ya había oído nombrar a Lana del Rey, y escuchado un poquito de su Born to Die. Hoy spotify la ha recomendado en su publicidad y me he animado a escucharla en serio, y me ha enganchado :D. No es mi estilo, pero esa base de cuerda tan intensa, la voz lánguida y relajada, me transporta.
Ahora me voy a escuchar Sad Sad Sad, el nuevo tema de mis queridos Skunk Anansie. Al igual me toca editar esta entrada xD.
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